La evaluación formativa es un proceso continuo e integrado, que ocurre durante el proceso de enseñanza y aprendizaje. Dentro del proceso, se identifican tres preguntas clave que guían a los profesores y estudiantes a la toma de decisiones en distintos momentos:

  1. ¿Hacia dónde vamos?

Aquí, la atención está puesta en el objetivo de aprendizaje de la clase. El profesor y los estudiantes definen y comparten la metas de aprendizaje (conocimientos, habilidades, valores, etc.), para establecer qué van a aprender al final. Además, se explican los criterios de logro, donde se define la evidencia que tanto los profesores como los estudiantes, usarán para determinar cómo están progresando, y qué elementos considerarán para alcanzar la meta.

  1. ¿Dónde estamos?

Durante el proceso de aprendizaje de los estudiantes, el profesor requiere saber qué tanto avanzan, mediante el uso de evidencia (discusiones, monitoreo de trabajo, preguntas abiertas) del salón de clases. Esta evidencia, se recoge con el propósito de adaptar y guiar el proceso de enseñanza y aprendizaje. Los mismos estudiantes, pueden identificar dónde está posicionado su avance a través de la autoevaluación y evaluación entre pares.

  1. ¿Cómo seguimos avanzando?

En esta pregunta, se definen las acciones a realizar para que los estudiantes logren la meta. Para ello, el profesor realiza dos acciones: 1) retroalimentación a estudiantes, de acuerdo a la evidencia recolectada y lo más pronta posible; 2) adaptar la enseñanza y reflexionar acerca de su propia práctica, con base en un análisis y reflexión de las evidencias.

 

Ciclo de la evaluación formativa

La evaluación formativa es un ciclo constante, con interacciones pedagógicas entre el docente y los estudiantes, y entre los mismos estudiantes. Lo anterior, con el fin de recolectar evidencia sobre el logro de los aprendizajes, para poder tomar decisiones y/o acciones necesarias y a tiempo, para la mejora en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Existen procesos claves dentro del ciclo de la evaluación formativa, que se deben considerar para la incorporación de la evaluación formativa de la práctica pedagógica:

  • Compartir metas de aprendizaje: deben ser específicas y explicadas claramente a los estudiantes, para ayudarlos a relacionar lo que están aprendiendo en las clases. Este paso se concentra en cómo los docentes identifican las metas de aprendizaje, y cómo las transmite para apoyar lo que se va a enseñar. Cuando los estudiantes comprender lo que van a aprender, su preparación es mejor ante el proceso de aprendizaje.
  • Clarificar criterios de logro para la clarificación de los criterios de logro, el docente tiene que decir claramente las expectativas de un trabajo de calidad, con ejemplos y contraejemplos.
  • Recolectar evidencia: la importancia radica en las actividades diseñadas por los profesores y aplicadas a los estudiantes para obtener evidencia sobre su entendimiento. Por ejemplo: preguntas abiertas, observación, monitoreo, escritos.
  • Interpretar evidencia: a partir de la aplicación de diversas actividades, el docente interpreta los resultados o lo observado para la determinación del avance del estudiante en relación a la meta de aprendizaje y los criterios de logro. Posteriormente, se determinará los pasos a seguir para alcanzar la meta. El docente glosa los errores comunes, los conocimientos previos y habilidades de los estudiantes. A partir de la evidencia, el docente ajustará su enseñanza para alcanzar las metas planteadas inicialmente.
  • Identificar la brecha de aprendizaje la interpretación de la evidencia obtenida, servirá para “identificar la brecha entre el estado actual del aprendizaje y la meta de aprendizaje de la clase.” Una vez identificada, se observa la zona de desarrollo próximo de los estudiantes en relación a los criterios de logro.
  • Retroalimentación para cerrar la brecha: el docente debe proporcionar una retroalimentación descriptiva del estado actual del aprendizaje del alumno, de acuerdo a las metas y los criterios de logro establecidos. Además, el docente facilitará las herramientas, orientaciones para hacer saber al estudiante en qué puede mejorar y cerrar la brecha del aprendizaje. El docente debe “motivar a los estudiantes a pensar y problematizar”.
  • Ajustar la enseñanza: con base a la evidencia recolectada, el docente reflexionará sobre su práctica para ajustar y adaptar la enseñanza para facilitar el proceso de aprendizaje de los estudiantes.
  • Cerrar la brecha: es la fase final en el ciclo de la evaluación formativa. “Cerrar la brecha entre dónde están los estudiantes y dónde necesitan estar para alcanzar la meta de aprendizaje, permite al docente seleccionar nuevas metras para seguir progresando”. Al término, la brecha se cierra y se crea una nueva formando un nuevo ciclo.