¿Es la neurodidáctica en relación con la tecnología la especialidad que oriente en la creación de herramientas válidas para acompañar el proceso enseñanza-aprendizaje?

Es una evidencia científica que aprender a crear huella en el cerebro. Los estudios demuestran, que la alfabetización, provoca que el cerebro redistribuya sus recursos y algunas funciones tengan que ceder parte de su territorio. Un buen ejemplo es el de la lectura. El aprendizaje de la lectura, provoca la aparición en la corteza cerebral temporal, de áreas especializadas enlas palabras. Otro ejemplo, se sabe que la falta de sueño, puede disminuir significativamente nuestra capacidad de aprendizaje. Esta teoría se apoya en los hallazgos que describen unas de las funciones del hipocampo, como el de una memoria “RAM”, que estuviera almacenando la información que vamos recopilando durante el día y por la noche, mientras descansamos descargará esos datos en la corteza, que tiene más capacidad. Si no descansamos, la información que debiera estar almacenada temporalmente en el hipocampo, no se descarga completamente en la corteza y esto reduce nuestra capacidad al día siguiente.

En este marco en el que parece necesario establecer relaciones interdisciplinares y debido a las necesidades específicas de la pedagogía y la didáctica para responder a los nuevos retos educativos que se desprenden de la sociedad globalizada/ tecnológica, ha surgido una nueva corriente del saber que conjuga la neuropsicología con la psicopedagogía.

La Neurodidáctica es la especialidad que estudia la optimización del aprendizaje basado en el desarrollo del cerebro; es la disciplina que ayuda a aprender con todo nuestro potencial cerebral. “Al aprender cambian los circuitos del cerebro. De su estudio se ocupa la Neurodidáctica”. (Friedrich, Gerhard y Preiss, 2003). Uno de los precursores de esta nueva disciplina es Gerhard Preiss (Cat. De Didáctica de la Univ. de Fisburgo). Fue el primero en crear e impartir una asignatura autónoma basada en las investigaciones sobre el cerebro y la pedagogía. Denominó esta nueva disciplina como neurodidáctica. Según Preiss (2003); “El aprendizaje se basa en procesos cerebrales y los resultados cognitivos se amplían paralelamente al desarrollo del cerebro infantil”. “La neurodidáctica se dedica al estudio e investigación, de “las condiciones bajo las que el aprendizaje humano puede optimizarse al máximo” (2003). Este conocimiento, no solo permite una mejor comprensión de cómo funciona nuestro cerebro, sino que debieran suponer un punto de inflexión para la reflexión. A este respecto, Alemania se ha convertido en un modelo de referencia. En el año 2003, se produjo en Alemania un profundo debate respecto al fracaso escolar. Los resultados del informe PISA de la OCDE, reflejaban el fracaso de las políticas educativas, así como de lo obsoleto de las propuestas pedagógicas y didácticas. Las conclusiones de aquel debate, se centraron en el fracaso de las estrategias didácticas. Esta información fue determinante a la hora de incorporar el conocimiento científico y de forma más específica, los conocimientos aportados por la investigación en neuropsicología, a la discusión pedagogía/ didáctica. ¿Puede el conocimiento científico y la tecnología responder a las necesidades de la nueva escuela? ¿Pueden aportar los conocimientos y herramientas necesarios para responder a las demandas de formación que requieren los retos a los que estamos expuestos en la sociedad global/tecnológica?

La situación en la que se encuentra la escuela, invita a pensar en un paisaje que encaja con mucha dificultad. “Políticas educativas y pedagogías del S.XIX, maestros del S. XX, educando individuos del S. XXI” (Isabel Gascón Camposano). Estas mismas condiciones, que se han podido dar en otros momentos de la historia, nunca habían supuesto un excesivo problema, ya que los conocimientos adquiridos en generaciones pasadas, se convertían en herramientas útiles para las generaciones venideras, ya que los cambios sociales se producían de manera significativamente más lenta. Sin embargo, el marco actual, es muy diferente. Las políticas educativas y la pedagogía, siguen respondiendo a las necesidades de las sociedades industriales. Los maestros por lo general, detentan un escaso conocimiento relacionado con el funcionamiento del cerebro y las etapas evolutivas del mismo. Así como reconocen un pobre conocimiento y manejo de las nuevas herramientas tecnologías.  

Todo invita a pensar que de una forma consciente o inconscientemente son muchos los profesionales que se dedican a la educación que viven de espaldas a estos conocimientos. Lo que supone, no poder explorar todas las oportunidades que nos ofrecen. No sólo para incorporarlos al diálogo pedagogía/ didáctica, sino también debieran generar la inquietud, en cuanto a cómo incorporar las nuevas tecnologías en la mediación del aprendizaje, y transformarlas en herramientas válidas para este. La tarea del profesor en los tiempos actuales, es estar a la vanguardia en cuanto al conocimiento que incida en el campo educativo, sobre todo si versa de temas sobre neurociencia y tecnología aplicada a la educación.